sábado, 21 de febrero de 2015

La Historia de Lisboa


Tal vez este momento, mientras escribo esto, haya influido para sentirme identificado con la película. La música es un poco nostálgica; recuerdo las imágenes de la película y se yuxtaponen en mi cabeza las imágenes de San Cristóbal de las Casas y la Ciudad de México. Hoy caminé por la ciudad,  la razón me la deberé de guardar. Vi esta ciudad diferente, no supe qué ver primero, traté de  olvidar mis prejuicios. Recordaba a mi ciudad que es  mucho más chica que este monstruo donde vivo, y me sentí igual de 'loco' que Friedrich. Siempre he considerado a San Cristóbal como mío.  Tal vez nisiquiera sea este momento, sino este día completo el que me ha influido. Es más, podría ser toda mi estancia en esta ciudad.  

Eso es lo que crea Wenders, una visión de una ciudad y los sonidos que lo acompaña. La película es chusca a momentos, es divertida. Una de las cosas que hay que remarcar en cuánto a nuestra materia es la fotografía, la propia filosofía de Friedrich y la importancia del audio en este caso. Philip Winter, es un técnico en audio que recibe una invitación de Friedrich para grabar el audio de la película que filmó en Lisboa. Philip, después de una serie de eventos desafortunados, llega a Lisboa solo para notar que su amigo Friedrich ha desaparecido. Aún así, Winter graba el audio de la película y, a su vez, investiga el paredero de Friedrich, En este contexto conoce al grupo Madredeus, quienes también trabajan para la película y al conocer a  Teresa, la vocalista del grupo, siente una atracción por ella. En algún momento Winter encuentra por fin a Friedrich y en el encuentro éste último le dice que ha desarrollado una visión diferente sobre las películas. Winter convence a su amigo de continuar la película, quien finalmente lo hace. 

Hay dos partes en la película en las que quiero profundizar: La primera, es cuando Philip muestra a los niños la forma en cómo hace los sonidos en la película. Me parece que con esto, Wenders hace evidente el quererer enfatizar en algo: La importancia de los sonidos para un film. Cabe mencionar que Friedrich, el director, trabajaba con una cámara de manivela, por lo cual su película estaba filmada en blanco y negro. Para la época en la que está ambientada la película, ya había la tecnología para el filme digital, pero de eso hablaré más tarde. Regresando a los sonidos, son ellos quienes animan a la ciudad, cuentan historias, y es que, siendo un sonido algo tan complejo, es lógico que los sonidos de cada lugar sean únicos. El señor que afila los cuchillos y su famoso silbato, la señora lavando, todo eso guarda el folclor de la cultura de un lugar. Esto, enlazado con la música de Madredeus, guía al espectador a sentir; la música agresiva podría cambiar totalmente la forma de ver una película. En este caso, la música de Madredeus perfila a ver las imágenes y admirarlas, profundizar sobre ellas, detenerte a admirarlas. 

Segundo, cuando los dos amigos se encuentran y el director le muestra la forma qué ha desarrollado de hacer sus películas. Friedrich hace una reflexión sobre su trabajo; quiere cambiar la forma de filmar, se da cuenta de que cuando él encuadra está mostrando la forma en cómo él ve la ciudad, y cambia eso completamente. Pone cámaras en diversos puntos de la ciudad, además de llevar una sobre su espalda. Todos sus films están guardados, nadie los podrá ver pues, según Friedrich, el objeto se moriría cuando alguien lo viese. Perdería toda la esencia de haber sido filmado. Es un obra maestra se dice. Quiere ser un Dziga Vertov, un Keaton. La película está cargada de éstas reflexiones todo el tiempo, profundos trabajos mentales que muestran la ansiedad de muchos artístas, que pronto entran en una manía obsesiva hasta llegar a comportamientos extremos. Esta idea es muy densa, muy fuerte. Me parece que en ese tema Wenders da en el blanco y con ella me deja bastante satisfecho.






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