martes, 18 de noviembre de 2014

Sobre la magistral de Fernando Monreal.

A diferencia de magistrales anteriores, el invitado de ésta ocasión no es precisamente un artista, utilizando la más básica significación de ésta palabra, como creador o productor; Monreal  es un estudioso del arte. Basó su plática al tema de la imagen, desdoblándola desde su concepto en arte hasta las formas en cómo se ha utilizado. 

Bajo el nombre de "Imagen, materialidad y tecnología" Monreal, basado en las ideas de W. Benjamin comenzó la plática mostrando que se hablaría de 2 temas importantes: El significado de la imagen formal y la imagen técnica. Para el primer punto definió desde un punto de vista artístico a la imagen, a la que llamó "una dualidad entre forma y contenido". Entre las formas encontramos la línea, el color, la textura, la composición, las cualidades espaciales, la organización de la imagen. En cuánto al contenido estos podían ser tema y su relación con fuentes literarias y estilos, motivos iconográficos. Se habló de que desde un punto de vista muy tradicional, esta definición de imagen abarca las obras de los artistas gráficos, pero no nos serviría para explicar la obra de un artista más inclinado a lo conceptual, como Duchamp. "Distinguimos las imágenes a partir del medio y la materialidad en las que fueron hechas" nos dice. 



Por otra parte, la imagen técnica posee una historia técnica, es un "artefacto" para ver y ser visto, abre las posibilidades de para mirar. Desde este punto de vista fue necesario recalcar la diferencia entre ver y mirar, pues ver es el acto puramente fisiológico, mientras que mirar es ver la realidad de manera mediana, es decir, a través del medio. Se siguieron definiendo otros conceptos con el fin de entender mejor; primeramente se replanteó a la imagen, ésta vez definida como "mirada que se produce con la presencia de aparatos técnicos". Aparato, la cual es la máquina que condiciona nuestra manera de comprender, ordenar y percibir el mundo. Un productor de imágenes. Los aparatos tienen la característica de hacer visibles algunas cosas y otras invisibles. Existen también diferentes formas de aparatos, como son los aparatos estéticos, máquinas que condicionan nuestro modo de ver, como las vidrieras góticas, que producen una imagen que evoca un espacio sagrado. Los aparatos proyectivos como el velo de Alberti. La perspectiva, que construye una realidad cartesiana, un orden mediante un esquema geométrico. Los aparatos de representación, como la cámara oscura. Los aparatos de reproducción y montaje, como el cine y la fotografía. La cámara cinematográfica que produce imágenes en movimiento. Los aparatos de postproducción, codificación, modificación como el software o  el hardware. 


Dentro de la imagen técnica podríamos tener 3 formas de ésta, como son la imagen materia, que encapsula el tiempo; la imagen film, que reproduce la imagen como copia, sin existir original, la imagen digital.


Aunque ésta conferencia resultó diferente a las últimas y más parecida a las primeras que se tuvieron, es interesante el hecho de que semanalmente se nos bombardee con este tipo de información bastante valiosa sobre lo que como alumnos debemos aprender. Cada vez, los temas parecen alejarse (aunque por supuesto no lo hacen) de la fotografía para mostrarnos algo bastante útil, las maneras de ser del ser artístico. Ésta vez se acercó la mirada de un investigador de arte y, como ponente me pareció más diestro que otros invitados. Como ya lo he mencionado antes, la obligación de un artista de presentar su trabajo es un tema bastante importante, por lo cual me parece que el discurso en público es bastante valioso. El tema del que se trató es de vital importancia para el quehacer artístico pues constantemente estamos trabajando sobre la imagen  y, aunque todo esto es la visión de un estudioso como W. Benjamin, me pareció acertado. 

jueves, 13 de noviembre de 2014

Roland Barthes: La cámara lúcida



Al finalizar la lectura del libro “La cámara lúcida”, de Roland Barthes, tengo que decir que he quedado satisfecho. Su trabajo es un ensayo, no una crítica, sobre su percepción hacia la fotografía. A mi parecer, su obra es muy personal, aunque muchas de las cosas que él define podrían adaptarse a la percepción de cualquier otra persona.

“La fotografía muestra lo que ha sido, no lo que ya no es”, frase a mi parecer bastante acertada. Barthes nos habla en su libro que la fotografía asegura la existencia del objeto fotografiado, y lo mantiene vivo en una imagen. Retoma un tema bastante discutido en lecturas anteriores, la mentira en la fotografía. Muy de la mano en su conclusión sobre que la fotografía muestra “lo que ha sido” él nos dice que la fotografía no retrata la realidad, la utiliza con un fin específico. Lo que ya fue ya no es, por tanto no es real. Lo que existe en la fotografía sucedió.

No se puede hablar sobre “la cámara lúcida” sin hablar de lo que el autor define como “Studium” y “Punctum”. El primero, básicamente se trata de la intención del fotografía cuando se capta una imagen. El trasfondo. El segundo, un poco más conflictivo en definir, es aquello que llama tu atención, que define la fotografía, que se puntualiza. Este algunas veces no es un objeto en la fotografía, si no en la idea que representa. Barthes habla de una fotografía en específico, donde el punctum es que “la persona retratada va a morir”.



A lo largo del libro, Barthes habla sobre la relación con una fotografía sobre su madre. Al fallecer, él pone particular atención en una fotografía de ella: La foto de invernadero, en la cual su madre tenía 5 años. Para él, esta fotografía muestra lo que ella “es”, y sabe que esta fotografía solo toma importancia para él, por la que nunca la muestra (al menos en el libro) . El libro se desarrolla a través de la sensación de Barthes hacia la pérdida de su madre  y los sentimientos que mantiene al conservar esa imagen. El tiempo en la fotografía no existe, por eso la muerte se vuelve un fenómeno estratégico en la fotografía. Ésta mantiene un recuerdo de lo que ha sido, por lo tanto puede mantenerse intacto en el tiempo. La muerte  se vuelve tan importante, que incluso vincula la fotografía más cercana al teatro que a la pintura, pues éstas dos (refiriéndose particularmente al teatro primitivo) rinden “culto” a la muerte.


Me queda claro el por qué el profesor ha decidido dejar la lectura de éste libro al final del curso. Barthes en su ensayo se adueña de la fotografía, la hace suya, demuestra qué siente cuando la ve, cómo la critica. Eso, me parece es la conclusión del curso: Qué hacer con el conocimiento de la fotografía. Indirectamente el profesor sugiere el adueñarme de la fotografía. Cómo la veo, y cómo trabajaré en ella.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Mauricio Alejo

Mauricio Alejo impartió la magistral del viernes pasado, 7 de Noviembre de 2014. En ella, Alejo mostró su obra, la cual se basa en "su universo cercano y las preocupaciones personales".

Desde mi punto de vista, su trabajo es bastante directo y contundente. Utiliza objetos de la vida cotidiana, casi siempre dentro de su departamento y muestra de forma absurda sucesos que sugieren un momento de meditación acerca de ellos. Su trabajo en video trata sobre la ilusión en lo visual, siguiendo también su línea en fotografía sobre lo absurdo y cotidiano.



Para él, los artistas "tienen soluciones para problemas que no existen". Me llamó la atención varios de sus trabajos, que considere buenos. Las radiografías de las maletas en el aeropuerto, que despersonaliza a los pasajeros, mantiene su identidad sin saber quienes son y que tomó un significado diferente después del 11-09, me pareció un acierto. Sus videos cortos, crack, line, twig, que muestran el rompimiento de una ilusión visual. Lo fácil que puede ser engañado un observador por el simple hecho de observar. 

Se considera así mismo escultor, pues sus fotografías muchas veces son objetos reordenados en el espacio y que el cambia de contexto. Al escucharlo me da la impresión de que tiene encuentros casuales artísticos. Casuales aciertos artísticos. Toma esta fotografía del mapa del país y la grieta que divide al piso y a México con Estados Unidos y, aunque su intención fue mostrar con el su sentimiento de división al vivir en Norteamérica y viajar constantemente a México siendo mexicano, rápidamente su obra toma otro sentido más político, que recuerda por supuesto el conflicto entre estos países y su problemática de inmigrantes. Lo cercano geográficamente que nos encontramos y lo lejos que estamos.



Inevitablemente después de escucharlo paso por mi mente el compararlo con una de las dos  invitadas que tuvimos hace algunas semanas: Patricia Lagarde. Alejo mantiene el discurso de su obra bastante directo, además de que su propósito me parece mejor abordado. Patricia Lagarde, quien trata de sacar de contexto objetos propios y fotografiarlos, me mantiene pasivo ante su obra, mientras que Alejo inmediatamente me sugiere  preguntar ¿por qué? 

Al escuchar a Mauricio Alejo y a los otros artistas que se han invitado semanalmente me da la impresión de que el artista mexicano sufre de la misma malaria. Pues, aunque el trabajo de la mayoría de los artistas que nos visitan me ha asombrado, siento que al momento de presentarlo no son tan contundentes como su obra misma. Me da la impresión que su obra a  veces habla por si sola, y cuando ellos la presentan toma un sentido más pobre. Mauricio Alejo confesó que los espectadores de su obra le daban otro sentido al que el proponía, y se asombraba de que también pudiese verse de esa manera. Lo cual me dejó mucho que desear. Desde mi punto de vista, una obra artística que tu concibes es una parte sustancial de ti, una extensión de tu cuerpo o de tu propio pensamiento, y DEBES conocerlo como DEBERÍAS conocerte. Como deberías conocer a tu hijo, que ha sido creado a partir de tus mismos genes. Mauricio Alejo, como Patricia Lagarde o Mariana Dellekamp tienen  reconocimiento internacional, pues su trabajo ya ha pisado otros países. Debo entender con esto que debemos ser cuidadosos también no sólo de nuestro trabajo sino también de la forma en cómo nos dirigimos cuando hablamos de él. El ser artista es estar en la boca del lobo, es exponerte a un millón de opiniones, y cuánto más abarque tu obra más opiniones tendrás. Y éstas opiniones dirigirán a tu obra al reconocimiento o al olvido total.