Mauricio Alejo impartió la magistral del viernes pasado, 7 de Noviembre de 2014. En ella, Alejo mostró su obra, la cual se basa en "su universo cercano y las preocupaciones personales".
Desde mi punto de vista, su trabajo es bastante directo y contundente. Utiliza objetos de la vida cotidiana, casi siempre dentro de su departamento y muestra de forma absurda sucesos que sugieren un momento de meditación acerca de ellos. Su trabajo en video trata sobre la ilusión en lo visual, siguiendo también su línea en fotografía sobre lo absurdo y cotidiano.
Para él, los artistas "tienen soluciones para problemas que no existen". Me llamó la atención varios de sus trabajos, que considere buenos. Las radiografías de las maletas en el aeropuerto, que despersonaliza a los pasajeros, mantiene su identidad sin saber quienes son y que tomó un significado diferente después del 11-09, me pareció un acierto. Sus videos cortos, crack, line, twig, que muestran el rompimiento de una ilusión visual. Lo fácil que puede ser engañado un observador por el simple hecho de observar.
Se considera así mismo escultor, pues sus fotografías muchas veces son objetos reordenados en el espacio y que el cambia de contexto. Al escucharlo me da la impresión de que tiene encuentros casuales artísticos. Casuales aciertos artísticos. Toma esta fotografía del mapa del país y la grieta que divide al piso y a México con Estados Unidos y, aunque su intención fue mostrar con el su sentimiento de división al vivir en Norteamérica y viajar constantemente a México siendo mexicano, rápidamente su obra toma otro sentido más político, que recuerda por supuesto el conflicto entre estos países y su problemática de inmigrantes. Lo cercano geográficamente que nos encontramos y lo lejos que estamos.
Inevitablemente después de escucharlo paso por mi mente el compararlo con una de las dos invitadas que tuvimos hace algunas semanas: Patricia Lagarde. Alejo mantiene el discurso de su obra bastante directo, además de que su propósito me parece mejor abordado. Patricia Lagarde, quien trata de sacar de contexto objetos propios y fotografiarlos, me mantiene pasivo ante su obra, mientras que Alejo inmediatamente me sugiere preguntar ¿por qué?
Al escuchar a Mauricio Alejo y a los otros artistas que se han invitado semanalmente me da la impresión de que el artista mexicano sufre de la misma malaria. Pues, aunque el trabajo de la mayoría de los artistas que nos visitan me ha asombrado, siento que al momento de presentarlo no son tan contundentes como su obra misma. Me da la impresión que su obra a veces habla por si sola, y cuando ellos la presentan toma un sentido más pobre. Mauricio Alejo confesó que los espectadores de su obra le daban otro sentido al que el proponía, y se asombraba de que también pudiese verse de esa manera. Lo cual me dejó mucho que desear. Desde mi punto de vista, una obra artística que tu concibes es una parte sustancial de ti, una extensión de tu cuerpo o de tu propio pensamiento, y DEBES conocerlo como DEBERÍAS conocerte. Como deberías conocer a tu hijo, que ha sido creado a partir de tus mismos genes. Mauricio Alejo, como Patricia Lagarde o Mariana Dellekamp tienen reconocimiento internacional, pues su trabajo ya ha pisado otros países. Debo entender con esto que debemos ser cuidadosos también no sólo de nuestro trabajo sino también de la forma en cómo nos dirigimos cuando hablamos de él. El ser artista es estar en la boca del lobo, es exponerte a un millón de opiniones, y cuánto más abarque tu obra más opiniones tendrás. Y éstas opiniones dirigirán a tu obra al reconocimiento o al olvido total.
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