Vuelvo a leer mi primer comentario
del blog e inmediatamente me doy cuenta de que no soy el mismo de antes. La
dirección que han tomado mis ideas sobre la fotografía son completamente
distintas a las que veía en ese tiempo. Presumía de ignorante en el tema, de
menor rango que aficionado, con justa razón.
Habiendo entendido la teoría y
empleado las formas que se expusieron en clase, no estoy satisfecho. Mi
disgusto principal es que aún no he sido capaz de resolver la imagen desde un
punto de muy mío de vista. Para mi fortuna, la clase ha logrado uno de sus
objetivos en mí: Me ha quitado el miedo de salir y tomar una fotografía. A lo
largo de estos meses, mientras fotografiaba, me encontraba en la calle con
personajes bastante singulares que terminaban siendo violentos, por el hecho de
pensar que el tener una cámara fotográfica me hacía reportero. Medianamente se
equivocaban pues, aunque no trabajo para un medio de difusión, es cierto que la
cámara te da cierto poder. Poder de la imagen. Estoy seguro de que mi relación
con la fotografía no termina aquí. Más bien ha empezado y me da gusto tener un
semestre más de clase sin cambiar de profesor pues, eso me da oportunidad de
seguir resolviendo dudas, si es que la hay, en fotografía.
El profesor nos pide que
incluyamos en este comentario una idea de cómo mejorar la clase. Desde mi punto
de vista, la administración del tiempo es base. Aunque en este se hizo todo lo
posible por empezar la clase de forma puntual, darse tiempo a las prácticas,
etcétera, considero que esta fórmula se quebraba cuando revisábamos las
fotografías: Se revisaban las fotos de los mismos alumnos y eso impedía que
algunos otros tuvieran una revisión más personalizada. Las soluciones: El
cronometrado es una buena opción. Podría ser factible y un ejercicio de prueba
que cada alumno “critique” una fotografía de otro compañero (de forma escrita) y después se revisen dichas críticas. Así se
fortalece la visión del alumno. Si la crítica no es objetiva, también debería
exponerse con el afán de aprender sobre el error. Otra idea que me pareció muy buena y que tengo
que decir no es mía. Es que el análisis que el profesor tenga sobre las
fotografías sean mandadas por escrito a los alumnos. De esta forma el tiempo en
clase no se altera y el alumno puede estar enterado de qué debe mejorar. Me
parece que habiendo tantas fotografías por checar, sería bueno que el alumno
escogiera la “peor” fotografía de su repertorio, para ser criticada. (me
refiero con “peor” a la insatisfacción que el alumno tenga por una fotografía
en particular).
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